MEDITACIÓN
No.
503 DIOS SIEMPRE LLEGA A TIEMPO
Octubre
31
Todos
los Domingos por la tarde, después de la misa matinal en la iglesia, el
sacerdote y su sobrino de 11 años iban a repartir boletines por el pueblo a
cada persona que veían. Estos boletines contenían información sobre lo mucho
que nos ama Dios y sobre la importancia de ser católico. Este Domingo en
particular, cuando llegó la hora de repartir los boletines, el tiempo estaba
desapacible,
la
temperatura era baja y además empezaba a lloviznar. El niño se abrigó para el
frío y le dijo a su tío:, 'Estoy listo'.
Su
Tío, el sacerdote, le contestó: '¿Listo para qué?'
'Tío,
es hora de ir a repartir nuestros boletines.'
El
tío respondió, 'Hace mucho frío y está lloviznando.'
El
niño miró sorprendido a su tío y le dijo, 'Pero la gente necesita saber de Dios
aún en los días lluviosos.'
El
sacerdote le contestó, 'Yo no voy a salir con este tiempo.'
Con
desespero, el niño dijo, '¿puedo ir yo solo, por favor?' Su tío titubeó por un momento y luego dijo,
'De acuerdo, vete si quieres, pero ten cuidado. Aquí tienes los boletines.'
'Gracias
tío!' Y con esto, el niño se fue a pesar de la lluvia. Caminó por todas las
calles del pueblo, repartiendo los boletines a las personas que veía.
Después
de 2 horas caminando y teniendo en su mano el último boletín, se detuvo en una
esquina y miró a ver si veía a alguien a quien dárselo, pero las calles estaban
totalmente desiertas. Entonces, se acercó hacia la primera casa que vio, tocó
el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió.
Finalmente,
el niño se giró para irse, pero vio luz dentro de la casa. Por ello, volvió a
tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía
esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre
y esta vez la puerta se abrió
suavemente.
Salió
una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó, '¿Qué puedo
hacer por ti, hijo?'
Con
unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo,
'Señora, siento molestarla, pero sólo quiero decirle que DIOS REALMENTE LA AMA
y vine para darle mi último boletín, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR. El
niño le dio el boletín y se fue.
Ella
solo dijo, 'GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga.'
El
siguiente domingo por la mañana, el sacerdote estaba en el púlpito y cuando
comenzó la misa preguntó, '¿Alguien tiene un testimonio o algo que quiera
compartir?.
Suavemente,
en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando
empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:
'Nadie
en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, incluso todavía el domingo
pasado no era Cristiana. Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome
totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un dia particularmente
frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón. Ese día llegué al final del
camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir. Entonces tomé una
silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un
extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el
otro extremo de la soga alrededor de mi cuello. Parada en la silla, tan sola y
con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché
el sonido fuerte del timbre de la puerta. Entonces pensé, 'Esperaré un minuto y
quien quiera que sea se irá'.
Yo
esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y
luego la persona comenzó a golpear la puerta con fuerza.
Entonces
me pregunté, ¿quien podrá ser? Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme!
Por pura curiosidad, quise saber quién era, por lo que solté la soga de mi
cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con
mayor insistencia.
Cuando
abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos. Frente a mi puerta estaba
el más radiante y angelical niño que jamás había visto. Su sonrisa, ohhh,
¡nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi
corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de
querubín , 'Señora , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.'
'Cuando
el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí
cada palabra del volante. Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga.
Ya no las necesitaría más. Como ven, ahora soy una hija feliz del REY. Como la
dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, vine
personalmente para decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo
a tiempo y, de hecho, llegó para rescatar mi vida de una eternidad en el
infierno.'
Todos
lloraban en la iglesia. El sacerdote bajó del pulpito hasta el primer banco,
donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó a su sobrino en sus brazos y lloró
incontrolablemente.
Probablemente
la iglesia no volvió a tener un momento más emocionante y glorioso.
Abra
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petición será publicada en nuestras páginas webs
p.d.
no olvide que hay hermanos que también necesitan oraciones,
Cursillista M. E. Winston Pauta Avila
wpauta@yahoo.es,
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